Un ajuste apropiado puede minimizar el gasto energético hasta un 7% por cada grado, mientras que el cuidado regular de los electrodomésticos reduce el consumo entre un 5% y un 15%
En ciudades donde las altas temperaturas son comunes, el aire acondicionado es uno de los electrodomésticos más utilizados en los hogares, pero errores habituales durante su uso pueden multiplicar el consumo de energía, incrementar la factura y acortar la vida útil del aparato.
La Organización de Consumidores y Usuarios de España
(OCU) señala que parte de estos fallos se relaciona con una
mala regulación de la temperatura, el olvido del mantenimiento básico y el
desconocimiento de alternativas menos costosas.
Este conjunto de malas prácticas se repite cada
temporada y tiene efectos tanto en el confort como en el presupuesto familiar. A través de un informe reciente, el
organismo resume varias acciones que nunca sugeriría para quienes buscan
enfriar el hogar sin desperdiciar recursos ni poner en riesgo el dispositivo.
Por qué regular el aire acondicionado por debajo de
los 20°C es un error común
Ajustar el aire acondicionado a temperaturas
excesivamente bajas es uno de los errores más frecuentes, según la OCU. Colocar el dispositivo a menos
de 20°C no acelera el proceso de enfriamiento en la habitación.
El electrodoméstico necesitará el mismo tiempo para
alcanzar una temperatura confortable, como 24°C, pero seguirá operando con mayor esfuerzo
para lograr bajar varios grados más, lo que se traduce en un consumo eléctrico
muy superior.
Cada grado adicional por debajo de lo estándar implica
un aumento del 7% en el consumo de energía, advierte la entidad. Además del
impacto en el presupuesto familiar, la temperatura excesivamente baja puede
dejar el ambiente muy frío y obligar a usar prendas adicionales.
Según la OCU, lo óptimo es establecer una diferencia
moderada respecto a la temperatura exterior, de unos 8°C, para lograr
equilibrio entre confort y eficiencia.
Qué pasa si no se limpian los filtros del aire
acondicionado con regularidad
El mantenimiento básico del aire acondicionado suele
quedar relegado hasta que surgen fallos. La OCU insiste en que la limpieza periódica de
los filtros resulta esencial.
Dejar de hacerlo, aunque el aparato siga funcionando,
permite la acumulación de polvo que obstaculizan el paso de aire y restan
eficiencia al sistema. Un filtro obstruido incrementa el consumo eléctrico
entre un 5% y un 15%, según informó la OCU en su análisis.
Revisión y limpieza al menos una vez al año, de
preferencia antes del inicio del verano, ayudan a mantener estable el gasto energético y
reducen el riesgo de averías costosas. Implementar esta rutina anual funciona
como prevención, al igual que con la revisión de calderas para la temporada de
frío.
Cómo los ventiladores pueden ayudar a ahorrar energía
y dinero
Optar únicamente por el aire acondicionado en días
calurosos sin recurrir a ventiladores representa otra oportunidad perdida de
ahorrar energía. La OCU remarca
que los ventiladores, aunque no enfrían el aire, promueven la evaporación del
sudor y contribuyen a una sensación térmica más agradable.
El costo operativo de un ventilador a baja velocidad
es menor que el de un sistema de aire acondicionado. Según estimaciones de la
organización, mantener un ventilador encendido diez horas al día durante todo
el verano ronda los 15 euros en gasto energético, mientras que el aire
acondicionado puede alcanzar los 300 euros.
Además, los ventiladores de techo pueden
complementar el uso del aire acondicionado favoreciendo la circulación del aire
frío desde los aparatos instalados en alto hacia el área habitable, lo que
permite fijar una temperatura menos exigente y controlar el consumo.
Por qué es un error dejar escapar el aire frío del
hogar
Muchos usuarios olvidan que el sellado de puertas y
ventanas es tan relevante como la temperatura configurada del aparato. Dejar fisuras por las que se escape el
aire frío obliga al aire acondicionado a trabajar más tiempo y con mayor
potencia, aumentando el gasto.
La OCU sugiere colocar burletes o, como medida
temporal, utilizar toallas para impedir el paso del aire exterior. Asimismo,
subraya que un buen aislamiento general de la vivienda no solo se traduce en
ahorro en verano, sino en invierno.
Estas mejoras pueden contar con ayudas y subvenciones
específicas. El sellado adecuado permite conservar el frescor interior y evitar
pérdidas innecesarias, una estrategia sencilla con efectos inmediatos en el
consumo.
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