Un astrónomo de Harvard sugiere que un objeto
interestelar que se acerca a la Tierra podría ser un objeto artificial —en
lugar de natural— luego de hacer afirmaciones similares en 2023 y 2017.
Avi Loeb sugirió que el brillo alrededor del objeto era inusual
Avi Loeb, director del departamento de
astronomía de Harvard, declaró el jueves a la CNN que el objeto interestelar
31/ATLAS detectado por el telescopio remoto Deep Random Survey en Chile podría
tener un origen extraterrestre.
“El brillo del objeto supone un diámetro de 20
km, y no hay suficiente material rocoso en el espacio interestelar para producir
un objeto así de gigante por década”, expresó Loeb.
Señaló que se necesitan “10.000 años para que
llegue tanta masa al interior del sistema solar”.
Loeb también aseguró que el objeto estará más
cerca de la Tierra cuando nuestro planeta esté en el lado opuesto del Sol, lo
que significa que no se lo podrá ver realmente.
“No podremos observarlo, pero es el momento
perfecto para que maniobre, por lo que solo tenemos que vigilarlo”, afirmó.
Luego agregó que cree que existe la posibilidad
de que el objeto sea construido, no de origen natural.
“No digo que sea tecnología alienígena”,
aseguró Loeb. “Solo digo que no parece algo muy común. De hecho, mira el brillo
que rodea a este objeto. Por lo general, en los cometas se ve una estela por
detrás del objeto; y aquí, en realidad, el brillo en la imagen del telescopio
espacial Hubble está delante del objeto”.
El astrónomo afirmó que “nunca habíamos visto
algo así” y señaló que un cometa no “tendría brillo delante de él”.
Sostuvo que es prudente que examinemos
cualquier objeto interestelar que entre en nuestro sistema solar, solo para
estar seguros de que son inofensivos.
“[3I/ATLAS] podría venir a salvarnos o a
destruirnos", afirmó. “Será mejor que estemos preparados para ambas
opciones y comprobemos si todos los objetos interestelares son rocas”.
El 31/ATLAS fue noticia en julio luego de que
los científicos confirmaran que se originó fuera de nuestro sistema solar, lo
que lo convierte en uno de los tres únicos objetos interestelares conocidos que
se han descubierto en nuestra pequeña porción de espacio.
Los científicos estiman que el enorme objeto
tiene más de 19 kilómetros de ancho.
No es precisamente inusual que Loeb teorice que
el objeto tiene un origen más enigmático. En 2023 acaparó los titulares después
de que él y un equipo recuperaran un meteorito que cayó en el océano Pacífico.
En su momento, afirmó que un análisis reveló aleaciones metálicas nunca antes
vistas en la roca, lo que sugería como mínimo un origen fuera de nuestro
sistema solar. Sin embargo, otros astrofísicos se mostraron escépticos frente a
esas afirmaciones.
En 2017, Oumuamua, un objeto alargado parecido
a una barra, se convirtió en el primer objeto interestelar conocido detectado
en nuestro sistema solar.
En un artículo publicado por él mismo en 2021,
Loeb exploraba la idea de que el extraño objeto —que tiene la longitud de un
campo de fútbol pero solo el grosor de un cigarro común— posiblemente utilizaba
una “vela ligera” que capta la energía del Sol como medio de propulsión.
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