Después de meses de confusión sobre cuestiones de seguridad, la nueva cápsula para astronautas de Boeing salió el viernes de la Estación Espacial Internacional sin su tripulación y se dirige de regreso a la Tierra.
Los dos pilotos de pruebas de la NASA permanecieron en la estación espacial —su hogar hasta el próximo año— mientras la cápsula Starliner se desacopló a 420 kilómetros (260 millas) sobre China, con unos resortes que la alejaron suavemente del laboratorio orbital. Se tenía previsto que el vuelo de regreso dure seis horas, con un aterrizaje nocturno en el desierto de Nuevo México.
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